Enseñanzas de la Gran Revolución Socialista de Octubre

   El ejemplo y las enseñanzas de la Gran Revolución Socialista de Octubre, cuando han pasado 100 años del extraordinario acontecimiento, nos convocan a la reflexión. Dirigida por Vladimir Ilich Lenin, ese genial pensador y estadista, cuya imagen no pocos geófagos desean borrar, la Revolución de Octubre es y será siempre un símbolo de libertad para los obreros y campesinos, para los humildes y desposeídos del planeta. Por primera vez los trabajadores tivieron en las manos sus propios destinos, que supieron defender a capa y espada, a costa de increibles sacrificios y la colosal sabiduría de su líder supremo, el genial Lenin. Pronto el joven  estado soviético se vio asediado por fuerzas colosales de la reacción internacional que no querían aceptar que alguien pretendiera --y menos aun los obreros y campesinos--  amenazase lo que hasta entonces tenían como bien propio: el derecho a explotar hasta el cansancio  a las masas y vivir cómodamente del sudor ajeno. La Revolución de Octubre será para todos los tiempos el faro que indique el camino, a partir de su teoría científica del marxismo-leninismo, a la sociedad del futuro, si es que las ambiones del hombre, su irracional consumismo y su actuar depredador con el medio ambiente, no acaban antes con el Planeta.  Fidel se encargó en su momento de poner en su justo sitio a los pensadores del Marxismo y a la teoría que enarbolan, la única capaz de resolver los gravísimos problemas de la humanidad.