jueves, 24 de agosto de 2017

Nuestra pelota: masividad y... mucho trabajo




Volvemos hoy a comentar sobre nuestra pelota. Cierto es que estamos bien lejos de los tiempos en que había que contar con el  equipo Cuba. Nombres de la etapa de oro de nuestro pasatiempo nacional sobran. Pero no se trata ahora de vivir de esos recuerdos, sino de hacer lo necesario para volver a hacernos sentir en la arena internacional. Solo si se logra la masividad y se trabaja duro con los muchachos desde edades tempranas: si son descubiertos los prospectos que a centenares hay en nuestra beisbolera Isla y se pone en función de su preparación la experiencia de muchos excelentes veteranos, apasionados de este deporte, vamos a ir ocupando planos de mayor nivel y rigor. En la presente Serie Nacional, algo que de momento puede mermar la calidad del espectáculo, a la postre dará frutos, sin dudas. Es el elevado número de novatos en todos los equipos. Sangre joven con deseos de jugar. A menudo apreciamos jugadas espectaculares,  al nivel del mejor béisbol del mundo. Falta mucho terreno por andar. Muchos de estos recién incorporados son lanzadores. Escasean los que sobrepasan las 90 millas en sus lanzamientos, de ahí que destacará el más inteligente: el que sepa mover mejor la bola, conozca bien a cada bateador y qué lanzamiento le hace daño. Un pitcher con poco control por lo general pierde más  ¿Por qué insistir en el mismo lanzamiento si se sabe que el bateador, preparado para él, generalmente logra conectar. Frecuentemente vemos cómo, casi es una norma ya,  el lanzador tira la bola por el centro del home porque sabe que casi nunca le tiran al primer strike, en tanto por lo general le tiran al segundo lanzamiento que viene fuera de zona. En esto también tienen que pensar los mánager. En fin, hay mucho por aprender. Recordar siempre que base ganada, posición que debe ser bien preservada. Regalar out al final puede costar el juego.


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