Lograr crecimientos sostenidos en producción cañera

Por Norberto Rivero Torres Fotos Humberto Líster Al empeño de conseguir un sostenido crecimiento en la producción cañera, donde todas las labores han de realizarse con calidad y en el momento adecuado, parece aliarse la Naturaleza. El régimen de lluvias este año ha favorecido las plantaciones, cuyo verdor y lozanía prometen rendimientos superiores. Y ello es posible porque, como nos expresó el licenciado en Economía Agropecuaria Nelson Barrios, director de la Unidad Empresarial de Base de Atención a Productores, Abraham Lincoln, cumplieron el plan de limpia integral (cultivo mecanizado, desyerbe manual y aplicación de herbicidas), fertilizaron el ciento por ciento de los campos, y han aplicado Fitomas-E, un bioestimulante que regula el régimen hídrico de la caña. Si en la zafra pasada, la UEB Lincoln alcanzó como promedio un rendimiento de 46,5 toneladas de la gramínea por hectárea, en la próxima estiman 50,42, que no obstante ser todavía bajo, se encamina a dar cumplimiento al Lineamiento 209, aprobado por el VI Congreso del Partido. Ello les apuntala el propósito de entregar al central 30 de Noviembre unas 59 000 toneladas más de caña en la contienda venidera. Son conscientes, sin embargo, de que para conseguirlo deben trabajar duro, bien y además vencer los obstáculos que sobre todo con la maquinaria (tractores y combinadas, fundamentalmente) tienen por delante. La Unidad Empresarial atiende a tres UBPC: Quebrada del Yuro, Rigoberto Corcho y Carlos Baliño; cuatro CPA: Victoria de Girón, José Antonio Labrador, Ismael Ricondo y Orlando Nodarse y tres CCS: Flores Betancourt, Marcos Martí y Francisco Costa Velázquez. Ahora, además, laboran para dejar sembradas este año unas 300 hectáreas de caña (ya han tapado allí la semilla en 83,75) de 542 que dedicarán a este cultivo en la UBPC de la Agricultura Julito Díaz, en busca de incrementar las disponibilidades de la materia prima. Algunas de estas unidades, como la UBPC Rigoberto Corcho, ganan terreno en su gestión productiva. Su rendimiento fue superior a las 65 toneladas por hectárea en la cosecha pasada, mientras las CPA José A. Labrador (31,7), Orlando Nodarse (36,1), e Ismael Ricondo (38,7) obtuvieron los más pobres resultados. Estas tres esperan aumentarlo en 8,50; 7,03 y 7,53 toneladas por hectárea, respectivamente, en la próxima campaña azucarera. Sin dudas están obligadas a desprenderse de las ataduras que les impiden avanzar con paso sólido. Nelson considera que la maquinaria es el punto más vulnerable. Faltan piezas para los tractores y las combinadas. Una de las dos cosechadoras Case brasileñas requiere un nuevo motor, que posiblemente deba importarse de Brasil ¿De ser así será posible hacerlo? ¿Llegaría a tiempo? Cada uno de estos equipos está diseñado para cortar 600 toneladas en 24 horas, cinco veces más que una KTP2-M. Posee además la ventaja de que la caña no tiene que pasar por centro de limpieza alguno; es decir, puede llevarse directo al basculador del ingenio. Son medios costosos, cuya adquisición demanda de un esfuerzo grande del país, pero imprescindibles para dar respuesta además al crecimiento cañero. Todo el corte en nuestra provincia se realiza con máquinas. Los integrantes de los pelotones de combinadas están entregados a su reparación. Tienen ante sí un importante reto. Habrá sin dudas más caña y ellos tienen la responsabilidad de cosecharla en el momento óptimo de madurez y enviarla fresca y limpia a los molinos. Y ello es posible porque, como nos expresó el licenciado en Economía Agropecuaria Nelson Barrios, director de la Unidad Empresarial de Base de Atención a Productores, Abraham Lincoln, cumplieron el plan de limpia integral (cultivo mecanizado, desyerbe manual y aplicación de herbicidas), fertilizaron el ciento por ciento de los campos, y han aplicado Fitomas-E, un bioestimulante que regula el régimen hídrico de la caña. Si en la zafra pasada, la UEB Lincoln alcanzó como promedio un rendimiento de 46,5 toneladas de la gramínea por hectárea, en la próxima estiman 50,42, que no obstante ser todavía bajo, se encamina a dar cumplimiento al Lineamiento 209, aprobado por el VI Congreso del Partido. Ello les apuntala el propósito de entregar al central 30 de Noviembre unas 59 000 toneladas más de caña en la contienda venidera. Son conscientes, sin embargo, de que para conseguirlo deben trabajar duro, bien y además vencer los obstáculos que sobre todo con la maquinaria (tractores y combinadas, fundamentalmente) tienen por delante. La Unidad Empresarial atiende a tres UBPC: Quebrada del Yuro, Rigoberto Corcho y Carlos Baliño; cuatro CPA: Victoria de Girón, José Antonio Labrador, Ismael Ricondo y Orlando Nodarse y tres CCS: Flores Betancourt, Marcos Martí y Francisco Costa Velázquez. Ahora, además, laboran para dejar sembradas este año unas 300 hectáreas de caña (ya han tapado allí la semilla en 83,75) de 542 que dedicarán a este cultivo en la UBPC de la Agricultura Julito Díaz, en busca de incrementar las disponibilidades de la materia prima. Algunas de estas unidades, como la UBPC Rigoberto Corcho, ganan terreno en su gestión productiva. Su rendimiento fue superior a las 65 toneladas por hectárea en la cosecha pasada, mientras las CPA José A. Labrador (31,7), Orlando Nodarse (36,1), e Ismael Ricondo (38,7) obtuvieron los más pobres resultados. Estas tres esperan aumentarlo en 8,50; 7,03 y 7,53 toneladas por hectárea, respectivamente, en la próxima campaña azucarera. Sin dudas están obligadas a desprenderse de las ataduras que les impiden avanzar con paso sólido. Nelson considera que la maquinaria es el punto más vulnerable. Faltan piezas para los tractores y las combinadas. Una de las dos cosechadoras Case brasileñas requiere un nuevo motor, que posiblemente deba importarse de Brasil ¿De ser así será posible hacerlo? ¿Llegaría a tiempo? Cada uno de estos equipos está diseñado para cortar 600 toneladas en 24 horas, cinco veces más que una KTP2-M. Posee además la ventaja de que la caña no tiene que pasar por centro de limpieza alguno; es decir, puede llevarse directo al basculador del ingenio. Son medios costosos, cuya adquisición demanda de un esfuerzo grande del país, pero imprescindibles para dar respuesta además al crecimiento cañero. Todo el corte en nuestra provincia se realiza con máquinas. Los integrantes de los pelotones de combinadas están entregados a su reparación. Tienen ante sí un importante reto. Habrá sin dudas más caña y ellos tienen la responsabilidad de cosecharla en el momento óptimo de madurez y enviarla fresca y limpia a los molinos.